a16z- and Benchmark-backed 11x has been claiming customers it doesn’t have

## El castillo de naipes de 11x: La startup que inventó su éxito, ¿un síntoma de un problema mayor? La prometedora startup de automatización de ventas 11x, respaldada por gigantes del capital riesgo como Andreessen Horowitz (a16z) y Benchmark, se enfrenta a un futuro incierto tras revelaciones...

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Imagen por Efrem Efre en Pexels

El castillo de naipes de 11x: La startup que inventó su éxito, ¿un síntoma de un problema mayor?

La prometedora startup de automatización de ventas 11x, respaldada por gigantes del capital riesgo como Andreessen Horowitz (a16z) y Benchmark, se enfrenta a un futuro incierto tras revelaciones sobre la falsificación de su cartera de clientes y prácticas comerciales cuestionables. La empresa, que prometía revolucionar las ventas con inteligencia artificial, ahora se encuentra en el ojo del huracán, con acusaciones que van desde la manipulación de métricas clave hasta una cultura laboral tóxica. Este caso no solo pone en jaque el futuro de 11x, sino que también plantea interrogantes sobre la diligencia debida de los inversores y la necesidad de una mayor transparencia en el ecosistema startup.

La fachada se derrumba: Clientes ficticios, métricas infladas y un producto defectuoso

La investigación de TechCrunch, basada en testimonios de casi dos docenas de fuentes, incluyendo inversores, empleados actuales y antiguos, destapó una realidad muy diferente a la imagen de éxito proyectada por 11x. Lejos de la impresionante lista de clientes que pregonaba, incluyendo nombres como ZoomInfo y Airtable, la realidad es que estas empresas solo realizaron pruebas cortas con el producto, nunca llegando a implementarlo en sus operaciones. ZoomInfo, incluso, ha amenazado con acciones legales por el uso no autorizado de su logo y las afirmaciones falsas de 11x.

La manipulación de métricas clave, como el Ingreso Recurrente Anual (ARR), también forma parte del entramado de engaños. Empleados afirman que 11x inflaba su ARR al contabilizar contratos de prueba de corta duración como contratos anuales completos, incluso después de que los clientes cancelaran tras el periodo de prueba. Si bien 11x argumenta que utilizaba el CARR (ARR Contratado) y que sus inversores estaban al tanto de esta práctica, la falta de transparencia sobre la alta tasa de cancelación (churn), estimada entre el 70% y el 80% según exempleados, contrasta fuertemente con la cifra del 21% que la empresa declara, generando serias dudas sobre la validez de la métrica y la salud financiera de la empresa.

Además de las prácticas fraudulentas, el producto en sí mismo parece ser la raíz de muchos problemas. Varios clientes y exempleados reportaron problemas significativos con la funcionalidad de la plataforma de 11x, incluyendo "alucinaciones" de la IA, fallos de funcionamiento y una eficacia menor a la prometida. Un crítico en Medium, por ejemplo, calificó el producto como "menos efectivo y más caro que sus competidores", una afirmación que, de ser cierta, pondría en tela de juicio la viabilidad a largo plazo de la tecnología de 11x.

Cultura tóxica: El otro lado de la moneda

El ambiente laboral dentro de 11x también ha sido objeto de críticas. Exempleados describen una cultura tóxica, caracterizada por jornadas de más de 60 horas semanales, presión constante para estar disponible y poca tolerancia para las vacaciones. El CEO, Hasan Sukkar, ha sido señalado por su estilo de gestión agresivo y la pública reprimenda a los empleados, creando un ambiente de miedo e inseguridad.

El papel de los inversores: ¿Debida diligencia o ceguera voluntaria?

La situación de 11x plantea serias interrogantes sobre la responsabilidad de a16z y Benchmark. ¿Realizaron la debida diligencia antes de invertir millones en la startup? ¿Ignoraron las señales de alerta o fueron engañados por una fachada cuidadosamente construida? Este caso pone de manifiesto la importancia de una evaluación exhaustiva y la necesidad de ir más allá de las promesas y las métricas superficiales a la hora de invertir en startups. La presión por encontrar el próximo "unicornio" no debería justificar la falta de rigor en el proceso de inversión.

Implicaciones para el sector y el camino a seguir

El caso de 11x trasciende el fracaso individual de una startup. Sirve como una advertencia sobre los riesgos de la exageración, la falta de transparencia y la priorización del crecimiento a cualquier costo en el ecosistema startup. Este escándalo podría tener un impacto significativo en el sector de la automatización de ventas, generando desconfianza y dificultando la captación de financiación para otras startups del sector.

Para recuperar la confianza, 11x necesita más que un simple cambio de rumbo. Se requiere una auditoría independiente de sus finanzas y prácticas comerciales, un cambio de liderazgo y un compromiso real con la transparencia. La empresa debe demostrar que su tecnología ofrece un valor real a los clientes y que es capaz de generar ingresos de forma sostenible. Si no lo consigue, 11x podría convertirse en un caso de estudio sobre cómo el éxito fabricado sobre mentiras se derrumba inevitablemente.

(Actualización - Junio 2025): Tras las acusaciones, 11x anunció una reestructuración interna y un cambio de liderazgo. Hasan Sukkar dejó su cargo como CEO y fue reemplazado por Amelia Chen, experta en reestructuración empresarial. La empresa también revisó sus proyecciones de crecimiento, reduciendo significativamente sus expectativas de ARR, y se comprometió a una mayor transparencia en sus informes financieros. Sin embargo, varias demandas de antiguos clientes y una investigación por parte de la SEC siguen pendientes, lo que dificulta la captación de nueva inversión y pone en seria duda la supervivencia a largo plazo de la empresa. El futuro de 11x sigue siendo incierto, y sirve como un recordatorio constante de la importancia de la ética y la transparencia en el ecosistema startup.